
El próximo martes, 14 de octubre, en el CCA Gran Canaria, llegaremos a la quinta estación de este viaje por el cine canario que hemos emprendido con DE SAL Y LAVA. En esta ocasión, viajaremos entre dos siglos, viendo seis cortometrajes producidos en la primera década del siglo XXI y en la última del XX, los años 90.
Podremos ver los comienzos de cineastas como Mateo Gil, Damián Perea, Víctor Moreno o Mercedes Afonso. Homenajearemos a un cineasta que ha estado presente durante décadas en el cine canario más independiente, David Delgado San Ginés, y rescataremos del olvido la figura de un cineasta que nos dejó antes de tiempo, el lanzaroteño Pedro Paz.
DE SAL Y LAVA es una actividad de Digital 104, seleccionada en el Concurso de Proyectos 2025 del CCA Gran Canaria.






Sueño fronterizo (2009)
Sinopsis: «Un hombre duerme, quizás sueña, profundos temores inconscientes se manifiestan, ¿o es acaso otra vida la que él vive? En la mente del espectador está la interpretación».

David Delgado San Ginés (Stipo Pranyko con cuadros blancos, El aire de un día) dirige esta pieza mayor que bebe del surrealismo –includo el canario– y homenajea a un cortometraje ‘de culto’ de los 80, Seis encuentros con el tipo de la guadaña (José Hernández Moralejo, 1982), que –spoiler– proyectaremos en noviembre en este mismo ciclo.
Él es uno de los nombres básicos en el cortometraje canario desde hace más de 30 años, no solo como cineasta independiente, sino también como director de fotografía o en distintos roles en rodaje. Sirva esta proyección también para reconocerlo.
Fauna humana (2008)
Sinopsis: «Observar al que observa. Quién está encerrado».

Uno de los cineastas más personales del cine canario, Víctor Moreno (Edificio España, La ciudad oculta), comenzó su peculiar forma de entender el cine documental con cortometrajes como Fajas y corsés, Feliz Navidad o este Fauna humana –con los que, además, triunfó en el Notodofilmfest y en otros certámenes– y para la que, en cierta manera, su multipremiado El extraño podría representar una especie de cenit. Un minimalista cine de lo real que concede trascendencia ética al gesto de encuadrar.
Por cierto que el Notodofilmfest fue una de esas experiencias que marcaron la primera década del siglo y posibilitó que algunos nombres de nuestro cortometraje como el propio Moreno o el ya programado Roberto Pérez Toledo se empezaran a dar a conocer fuera.
La Tierra desde la Luna (2001)
Sinopsis: «María se apartó del mundo para vivir en La Luna (…). Escondida en la parte alta de la casa, sin salir al exterior, sin bajar a la Tierra. Allí permanece desde aquel día en que decidió dejar de hablar … y de crecer».

Dotada de una sensibilidad cinematográfica particular, que bebe de referentes como Julio Médem o Eliseo Subiela pero que consigue crear un universo propio y reconocible, la palmera Mercedes Afonso (El amor se mueve) hizo magia con La Tierra desde la Luna (2001), creando un cortometraje inolvidable. Ante la cámara, unos magnéticos Mónica Chinea y Enrique Alcides y un telúrico paisaje palmero que hasta entonces pocas veces habíamos visto así en el cine.
Podría ser peor (1999)
Sinopsis: «Hay días que es mejor no levantarse de la cama. Esto es lo que descubre nuestro amigo, después de un día desesperado».

Damián Perea comenzó su carrera con esta divertida pieza de stop motion, demostrando que un canario podía hacer animación –hoy, en pleno boom del género puede no parecer noticia– y hasta llegar a obetener una nominación en los Goya. Fue el inicio de una trayectoria que ha llevado a Perea a ser referente del cine de animación, gracias no solo a su carrera sino también a su labor al frente del festival Animayo.
Allanamiento de morada (1998)
Sinopsis: «Rosa recibe en su casa la inesperada visita de dos vendedores ambulantes de enciclopedias. Basado en 1.749.358 de casos reales (sólo en España)».

Todos habíamos oído hablar de él como hombre en la sombra en los primeros y apabullantes éxitos de Alejandro Amenábar: Tesis (1996) y Abre los ojos (1997). El grancanario Mateo Gil era el coguionista. La primera vez que lo vimos dirigir fue en este cortometraje que protagonizan Eduardo Noriega, Pepón Nieto y Petra Martínez. Una historia de terror cotidiano, un asfixiante filme que consiguió una mención especial en el Festival de Málaga y con el que Gil demostraba además de ser un excelente guionista, dominar el arte de la dirección de actores. Al año siguiente, debutaría en el largometraje con Nadie conoce a nadie.
Mejor no hables (1994)
Sinopsis: «Una vampiresa ha visto como toda su familia ha muerto al ingerir sangre infectada con el VIH. Presa del miedo, hace tiempo que ha dejado de alimentarse. Su criada le propone aparecer en un programa de televisión para exponer su problema».

El lanzaroteño Pedro Paz se trasladó a Madrid a finales de los 80 y allí se formó en cine. En 1994 debutaba en la dirección con esta comedia vampírica que protagonizan Rossy de Palma y Paula Soldevilla y con la que ganó el máximo galardón de uno de los festivales de cortometrajes más prestigiosos de la época: L’Alfas del Pi. Por cierto, que solo echar un vistazo a los títulos de crédito finales de la película da vértigo: Chus Gutiérrez, Icíar Bollaín, Paco Delgado, Juan Gatti, Bernardo Bonnezzi…
Paz fue además ayudante de dirección en películas como Insomnio (1998) de Chus Gutiérrez y en La flor de mi secreto (1995), Carne trémula (1997) o Todo sobre mi madre (1999) de Pedro Almodóvar. Murió sin poder llegar a ver el éxito planetario que alcanzó esta última.
