El Goya de honor 2024 es para… Juan Mariné

Entrega de los Globos de oro, nominaciones a los Óscar, la gala de los Feroz… La temporada de premios sigue cubriendo estaciones. El próximo 10 de febrero se entregarán los Goya, los galardones que se autoproclaman como los premios del cine español –aunque todos sepamos que en eso del cine español cabe mucho más cine que el que cabe en los Goya–. Este año, el premio de honor va para Juan Mariné, un hombre de cine con más de 80 años de trayectoria, director de fotografía, restaurador fílmico e investigador. Y la noticia bien merece una entrada en este blog. ¿Sabes quién es?

Director de fotografía

La filmografía de Juan Mariné (Barcelona, 1920) abarca más de 150 películas a las órdenes de cineastas como Edgar Neville –fue operador en Nada–, José Luis Sáenz de Heredia, Antonio del Amo, José María Forqué, Pedro Lazaga o Pedro Masó.

Debutó como director de fotografía en un episodio de Cuatro mujeres (1947) de Antonio del Amo y su último trabajo como tal fue La grieta (1990), dirigida por Juan Piquer Simón, dos cineastas con los que trabajó de manera recurrente.

En esos 43 años de trayectoria entre las dos películas, encontramos trabajos tan populares como Usted puede ser un asesino (José María Forqué, 1961), La gran familia (Fernando Palacios, 1962), Historias de la televisión (José Luis Sáenz de Heredia, 1965) o Experiencia prematrimonial (Pedro Masó, 1972). Además, con Pedro Lazaga, auténtico abanderado de la comedia española durante el franquismo, trabajó en la mayor parte de su prolífica filmografía: de La ciudad no es para mí (1965), Los chicos del Preu (1967) o Sor Citroen (1967) a La chica de los anuncios (1968), El turismo es un gran invento (1968) o Las amigas (1969).

También hay hueco en su currículo, sobre todo desde los 70, para un cine algo más ‘marciano’, películas de contenido fantástico o terror y ajustados presupuestos que comenzaron a hacerse en nuestro país y que con el tiempo han acabado adquiriendo estatus de ‘película de culto’. Así, encontramos a Mariné fotografiando títulos de la filmografía de Juan Piquer como Supersonic Man (1979), Mil gritos tiene la noche (1982), Slugs, muerte viscosa (1987) o la propia La grieta (1990).

Pero mucho antes, antes de que iniciara su carrera profesional, su trayectoria audiovisual estuvo marcada por su afiliación a la CNT y su compromiso político. De una manera casi accidental, acabó siendo el operador de cámara que grabó el entierro de Buenaventura Durruti en 1936, fue fotógrafo de guerra del republicano Enrique Líster y estuvo internado en los campos de concentración franceses de Saint-Ciprien y Argelès-sur-Mer y en el de La Rinconada (Sevilla).

Entierro de Buenaventura Durruti (1936).

Investigador y restaurador

Pero la labor de Juan Mariné para el cine español fue mucho más allá de sus trabajos como director de fotografía. Fue director de restauración cinematográfica en la ECAM, la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid e inventor de nuevas técnicas fotográficas que aplicó a la restauración de películas en Filmoteca Española, rescatando del olvido algunas producciones de nuestro cine que se daban por irrecuperables.

Es el caso de La gata (Margarita Alexandre y Rafael Torrecilla, 1965) –primera película española rodada en Cinemascope– o de títulos del cine mudo tan importantes en la historia del séptimo arte de nuestro país como las primeras versiones de Currito de la Cruz (Alejandro Pérez Lugín, 1927) o La aldea maldita (Florían Rey, 1930).

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